jueves, 12 de diciembre de 2019

El espeluznante hallazgo de la cabeza


ADVERTENCIA: ALGUNAS IMÁGENES PUEDEN DAÑAR LA SENSIBILIDAD DEL LECTOR

En la niñez ¿Quién no ha querido ir a jugar a un cementerio?
¿No? Bueno, si tu respuesta es no, seguramente no estés leyendo este blog. Sino seguramente cuando eras chico, fuiste al menos alguna vez a jugar al cementerio más cercano. Yo recuerdo un momento de mi vida en unas vacaciones con mis padres, en San Luis, donde no había nada que hacer en el pueblo que nos estábamos alojando. Mis padres habían ido a visitar a una familia amiga con una hija de la misma edad que yo. Sus costumbres de supervivencia ante el aburrimiento al cual sus padres  la sometieron al mudarse a este inhóspito lugar: Era ir a visitar el cementerio con los demás adolescentes en la misma situación que ella. Recuerdo que fue una tarde de gritos, correr, reírnos y encerrarnos en un pequeño panteón a contarnos nuestras aun cortas vidas de conflictos cargados de sentimientos hormonales. Ese sentimiento me llegó al notar una noticia que pasó sin pena ni gloria en este año de incertidumbres. Donde el dólar y la crisis es más notable que un grupo de niños adentrándose en el cementerio de Berazategui, un domingo por la tarde, seguramente a la hora de la siesta. Porque, si el asado estuvo heavy y se lo acompañó de un algún vino maso menos razonable, los padres tienen por costumbre echarse una “cabeceadita” antes de los mates digestivos acompañados de bizcochitos; para completar el bajón dominical. Mientras, el mejor recurso de los niños aún salvados de un sistema que invade digitalmente sus retinas a fuerza de Fornite, quizás por ausencia de Wi Fi tiene mejores opciones para pasar esos momentos silenciosos. Jugando a la pelota o yendo a jugar al cementerio.
El grupo de niños tomaron como decisión hacer una expedición al cementerio cercano al barrio. Exactamente el Cementerio Parque Berazategui ubicada su entrada en Avenida Milazzo al 3200.



Ante las puertas imponentes de esta exótica aventura a la necrópolis cercana a sus casas. Habrán entrado hablando de fantasmas y apariciones. Alguno armado con algún palo transformado en una espada imaginaria. Caminando entre lápidas, y correteando, apostando por quien llegaría primero, a las siempre distribuidas canillas del recinto para conseguir agua. Seguramente rieron de aquellas tumbas para al lector ávido de extraños y graciosos nombres sin faltarles el respeto, porque en esto sólo aguarda la inocencia del chiste fácil. También habrán comenzado a sugestionarse con el correr de la tarde, entre las arboledas del parque. Un chiste lleva al otro y del otro a un cuento falso y a la historia de: “Un amigo de un amigo me dijo que” y las historias misteriosas se fueron acumulando. Entre tumbas más alejadas, entre arbustos que se volvían marrones y secos por estar comenzando a las puertas del invierno de un 2 Julio. Ante las conversaciones de estos niños que iba volviendo apagada y taciturna, como si el ánimo fuera bajando con aquel sol débil y rojizo: El olor fue llevándolos cual hilo de Ariadna ante el macabro hallazgo que aunque lógico en un camposanto no debería ser tan fácil en pleno siglo XXI. Aquel niño con el palo fue el primero en acercarse. Una vez recuerda haber sentido ese olor pero en un gato muerto en la calle, pero esto es diferente; es un olor más acido y dulzón que el de aquel pobre felino. Ante la mirada asombrada llama a sus compañeros de juego, y entre todos se quedan mirando el extraño objeto. Dientes saltones, mirada hueca sin ojos, una cabeza sola, ausente completamente de su cuerpo; restos óseos todavía conservando cabello y tejido de piel. La miraron atónitos, pero no traumados, no es que ese día se habrán acostado y soñado con la cabeza. 


Fue un gran logro de la excursión haberse encontrado con tal extrañeza. En estos pequeños viajes aguarda la ilusión de al menos una aventura. Luego de presenciar, charlar y mirar todos los detalles, sacando sus propias conclusiones decidieron que no quedaba más que denunciar el hallazgo a quien corresponda.

Ahí comenzó esa hermosa cadena: Del cuidador de turno, llamando a las autoridades. De las autoridades a los peritos de turno. Agentes de la policía científica realizando las tareas pertinentes, investigando la situación con el fin de determinar la identidad del cadáver y como llegó hasta allí. Un periodista cazador encontrando una noticia inesperada para un domingo que podía resultar ser cualquiera. Para las 20 hs del día se estaba propagando la noticia.

En la mañana del lunes comienzan a  acumularse las opiniones maratónicas que he puesto reservando los nombres por respeto sin cambiar una coma o tilde pero que a mi parecer tienen una gran relevancia:

Laura
el 03/07/2019 a las 7:44 am
Me imagino el cagaso que se habrán pegado!!, así no van a ir más a joder ahí!

Antonella
el 03/07/2019 a las 3:35 pm
No entiendo que hacian nene jugan se supone que hay encargados y de seguridad y los de limpieza (del pasto y de cada tumba) como no lo vieron

Nación z
el 03/07/2019 a las 11:11 pm
Hola soy de Bera hace 40 años que vivo y siempre paso lo mismo viven robando hueso o craño los que hacen brujería y los saqueadores de tumba que roban las placas de los muertos eso hdp los cubre los mismos que cuidan el cementerio porque es un negocio los huesos humanos que deja fortuna. Yo lo se porque tengo dos vecinos que trabajaban en un cementerio y es un negocio que nunca se termina porque ahí hasta funcionarios de la mucipalidad metido en eso y mandan a los perejiles a robar

Pepito
el 06/07/2019 a las 9:46 pm
estas cosas se terminarían si se hace obligacion la cremacion porque los cementerios no dan abasto


Para los niños fue un domingo especial que seguramente se contaran a medido que vayan creciendo. Una semana después quizás si hayan vuelto al fortnite a partir cabezas digitalmente, pero con un plus: la imaginación les aportará nuevas herramientas de olores y visiones a la hora de jugar otras aventuras. Y aunque muchos no lo entiendan, seguramente crezcan más sanos que los que nunca se atrevieron a jugar en un cementerio cuando eran niños

UN LOBO MARINO SUELTO EN BERAZATEERIE